El Poder de la Práctica de la Recuperación en la Educación: Una Perspectiva de la Ciencia Cognitiva

En el campo siempre cambiante de la educación, los educadores exploran continuamente estrategias basadas en pruebas y fundamentadas en nuestra comprensión actual de la metacognición para optimizar el aprendizaje de los alumnos. Mediante la metacognición, alumnos y profesores adquieren conciencia y comprensión de sus procesos de pensamiento y de las técnicas que pueden utilizarse para maximizar el aprendizaje.

Una de esas técnicas convincentes y validadas es la práctica de recuperación, un método firmemente asentado en la ciencia cognitiva. Este enfoque aprovecha las complejidades de la memoria a corto y largo plazo y se alinea perfectamente con los principios de la Teoría de la Carga Cognitiva desarrollada por el psicólogo educativo, el profesor John Sweller (1988). En esta entrada del blog, exploraremos los últimos conocimientos sobre metacognición, memoria y teoría de la carga cognitiva, y destacaremos la importancia y el poder de la práctica de recuperación, una de las 6 áreas de aprendizaje integradas en la práctica docente en todas las secciones de la Academia Edron.

Comprender la memoria:

Los avances recientes en la ciencia cognitiva han iluminado el funcionamiento matizado de la memoria, distinguiendo entre memoria a corto plazo (MCP) y memoria a largo plazo (MLP). La STM implica el almacenamiento temporal de información, que dura sólo unos segundos, mientras que la LTM es el proceso de consolidación y almacenamiento de información a largo plazo.

Cuando el profesor John Sweller desarrolló la idea de la Teoría de la Carga Cognitiva, postuló que  “nuestra memoria de trabajo sólo es capaz de contener una pequeña cantidad de información en un momento dado y los métodos de instrucción deben evitar sobrecargarla para maximizar el aprendizaje” (Sweller, 1988).

La figura 1 muestra los componentes de la memoria y cómo interactúan. Lovell (2020) propone que interactuamos con el entorno, un almacén externo ilimitado de información, nuestra memoria a largo plazo es donde se almacenan todos nuestros recuerdos y que la memoria de trabajo es el lugar de la consciencia y la parte de nuestra memoria donde ocurren las cosas. A diferencia del entorno y de la memoria a largo plazo, la memoria de trabajo está limitada a una capacidad de unos cuatro a siete “elementos de información”. En este sentido, se considera que la memoria de trabajo es el cuello de botella de nuestro pensamiento.

Figura 1.

El poder de la práctica de la recuperación:

La práctica de recuperación, o el acto de recordar información de la memoria a largo plazo, se ha revelado como una potente herramienta para mejorar los resultados del aprendizaje. El proceso refuerza las vías de recuperación de la memoria, fortaleciendo la memoria a corto y largo plazo y evitando la sobrecarga de nuestra memoria de trabajo. Las investigaciones indican que la práctica de recuperación desencadena el efecto de prueba, por el que recordar información es más eficaz para la retención a largo plazo que otros métodos de estudio tradicionales.  

Los conocimientos y habilidades necesarios para realizar tareas cotidianas como conducir un coche se han practicado y recuperado de la memoria a largo plazo en numerosas ocasiones y, por tanto, las vías asociadas son seguras y ya no requieren el uso de la memoria de trabajo. Esto libera espacio para realizar simultáneamente otras actividades, como comer, charlar o escuchar la radio. Sin embargo, para estar atento a los demás usuarios de la carretera y a los peligros que se avecinan, sí necesitas utilizar la memoria de trabajo, así que ¡mantente alerta!

Fuerza de almacenamiento y recuperación:

Dylan Wiliam, figura destacada de la investigación educativa, ha subrayado la importancia de gestionar la carga cognitiva para optimizar el aprendizaje en su trabajo sobre la retroalimentación formativa. La práctica de recuperación, como forma de prueba de bajo riesgo, no sólo refuerza el aprendizaje, sino que también proporciona una valiosa retroalimentación a alumnos y educadores. Este proceso iterativo mejora la eficacia de la consolidación de la memoria y promueve una comprensión más profunda del material. En su obra, William introduce los conceptos de fuerza de almacenamiento y fuerza de recuperación. La fuerza de almacenamiento se refiere a la codificación y el aprendizaje iniciales de la información, destacando la importancia de crear representaciones mentales sólidas durante el proceso de aprendizaje. Por otra parte, la fuerza de recuperación se refiere a la facilidad con la que se puede recuperar la información de la memoria a largo plazo. Wiliam subraya que una evaluación formativa eficaz implica no sólo construir una sólida fuerza de almacenamiento mediante experiencias de aprendizaje significativas, sino también practicar regularmente la recuperación para reforzar las conexiones para la retención a largo plazo. Este doble enfoque en la fuerza de almacenamiento y recuperación se alinea con el objetivo más amplio de mejorar la capacidad de los alumnos no sólo para adquirir conocimientos, sino también para recuperarlos y aplicarlos cuando sea necesario, fomentando una comprensión más profunda y duradera de la materia.

Prácticas de Recuperación en la Academia Edron:

En los colegios internacionales bilingües como la Academia Edron, donde las exigencias cognitivas son diversas debido a las múltiples lenguas, la práctica de la recuperación se convierte en un enfoque pedagógico estratégico. Este método refuerza la competencia lingüística y facilita la transferencia interlingüística. El recuerdo activo en ambas lenguas refuerza las conexiones entre el conocimiento lingüístico y los procesos cognitivos, fomentando no sólo la retención del vocabulario, sino también una comprensión profunda de la estructura y el uso de la lengua.

En conclusión:

La práctica de recuperación, alineada con los principios de la teoría de la carga cognitiva y respaldada por la investigación de Dylan Wiliam, surge como piedra angular en las estrategias educativas basadas en pruebas. En los colegios internacionales bilingües, donde las exigencias cognitivas son polifacéticas, la práctica de recuperación se convierte en un aliado inestimable para cultivar aprendices eficaces. Al integrar la práctica de recuperación en las prácticas docentes diarias, los profesores de la Academia Edron capacitan a los alumnos para superar los retos cognitivos de forma activa, fomentando una cultura de compromiso y retención a largo plazo.

References

Dunlosky, J., Rawson, K. A., Marsh, E. J., Nathan, M. J. y Willingham, D. T. (2013). Mejorar el aprendizaje de los alumnos con técnicas de aprendizaje eficaz: Direcciones prometedoras de la psicología cognitiva y educativa. Psychological Science in the Public Interest, 14(1), 4-58.

  • Lovell, O (2020). La teoría de la carga cognitiva de Sweller en acción.
  • Roediger, H. L., y Butler, A. C. (2011). El papel crítico de la práctica de recuperación en la retención a largo plazo. Tendencias en Ciencias Cognitivas, 15(1), 20-27.
  • Wiliam, D. (2011). ¿Qué es la evaluación para el aprendizaje? Estudios de Evaluación Educativa, 37(1), 3-14.

Roger Stokes

Headteacher

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